Estas pinturas al óleo de Miguel Robledo están inspiradas en el nahual, un animal mágico y protector de hechiceros y guerreros en la mitología de las culturas mesoamericanas. El Nahual también se percibe como un icono representativo de una tribu o comunidad. La estructura formal de las pinturas se basa en la composición dominante vertical de los tótems de algunas tribus indígenas de América del Norte. Cada pintura representa simbólicamente los tres niveles del ser humano: inconsciente, consciente y subconsciente. El lenguaje gráfico es completamente libre y contemporáneo y no pretende imitar en ningún momento características étnicas. Por el contrario, cuando este lenguaje se articula junto con las imágenes, mejora una gramática visual que se convierte en un lenguaje visual simbólico bien estructurado.