El sistema de respiración nasal está equipado con una serie de “dispositivos” que purifican, humedecen, presurizan y regulan la temperatura del aire que respiramos.

• Las Fosas nasales: Son la cavidad o ducto de ingreso del aire. Son estrechas, curvas y ayudan en su recorrido a calentar y humedecer el aire que ingresa.
• Los Cilios: El vello nasal o cilios, son esos pelos pequeños que se encuentran a la entrada de la nariz y que ayudan a filtrar y atrapar las partículas de polvo, polen y otras partículas pequeñas evitando que ingresen a los pulmones.
• La Mucosa nasal: Es una membrana que recubre la cavidad nasal y toma parte en el proceso de humedecer, limpiar y calentar el aire que respiramos.

• Los Cornetes nasales: Es un grupo de estructuras cartilaginosas que, gracias a su forma, “alargan” el recorrido del aire en la cavidad nasal. Ayudando, además de limpiar, humedecer y calentar, a también presurizar el aire que va a ingresar a nuestros pulmones.

Aunque la respiración oral se reconoce como un recurso necesario en casos específicos como en la natación o el de los atletas de alto rendimiento que usan la boca, como “exosto”, en los momentos de mayor explosividad. Hacer entrenamiento en respiración permite que un deportista tenga cada vez menos necesidad de usar la respiración oral como apoyo o refuerzo. Va a mejorar su tolerancia al CO2. Elemento indispensable en la entrega del oxígeno a las diferentes partes del cuerpo. Entre ellas, músculos, órganos y cerebro.

El entrenamiento en respiración nasal también mejora el tono de los músculos respiratorios, hace que los quimiorreceptores sean menos sensibles y da aguante físico y mental ante la sensación de falta de aire.

Respirar por la nariz de forma óptima implica hacerlo de forma lenta, sutil y con el diafragma y aunque en esto me extenderé más en un próximo escrito, quiero recalcar que la Respiración Funcional (óptima por la nariz) tiene muchísimos beneficios para la salud, físicos, mentales y emocionales.

• La respiración nasal nos ayuda a proteger de infecciones por vías aéreas. La cavidad nasal es un sistema de protección, limpieza y filtrado complejo y efectivo.

• Mejora la función pulmonar. La respiración nasal ayuda a limpiar los pulmones y los bronquios. Mejora la capacidad pulmonar, lleva el aire más profundamente en los pulmones y optimiza la ventilación.

• La respiración nasal mejora el estado de ánimo y la concentración. La respiración nasal estimula la liberación de endorfinas, que tienen efectos positivos sobre el estado de ánimo.
• Respirar por la nariz reduce el estrés y la ansiedad. Los ejercicios de “emergencia” con énfasis en la exhalación nos dan acceso a la activación del sistema parasimpático. Permitiéndonos controlar de forma rápida, ataques de ansiedad, estrés o de asma.

• Mejora el sueño. La respiración, lenta, con cadencia y énfasis en la exhalación nos permite entrar a voluntad en el mundo del sistema parasimpático. Activando las funciones metabólicas propias del descanso, regeneración y la relajación.
• Aumenta la energía. Además de que dormir mejor no va a dar inmediatamente una mejor energía durante el día. La respiración nasal también mejora la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno al cerebro. Manteniéndonos más activos, atentos y enfocados.

Los protocolos de entrenamiento en respiración funcional (por la nariz, lenta, sutil y con el diafragma) son series de ejercicios muy sencillos y cien por ciento adaptables a las necesidades individuales. Son una forma poderosa, y al alcance de todo el mundo, para ayudarnos a mejorar nuestra condición física de muchísimas maneras, incluso en esferas de la salud que no conocíamos.

Si tienes dudas, preguntas o inquietudes no dudes en escribirme. Estaré encantado de conversar contigo.